Carnaval en Navarra

Carnavales en Ituren

Miel OtxinMari Trapu, los momotxorros y los zaku zaharrak, algunos protagonistas de la magia de «carnestolendas» en Navarra.

Hablar de Carnavales en Navarra es hablar de danzas y de rituales mágicos, de espectáculos coloristas que recuperan las costumbres más arraigadas de los pueblos rurales. Carboneros, brujas aulladoras, fantasmas de tela de saco rellenos de hierba seca, famosos bandidos, el oso o hartza, mayordomos … son algunos de los personajes que todos los años toman las calles de los pueblos de la mitad norte de Navarra para anunciar la llegada de la Cuaresma.

Navarra nos ofrece a lo largo y ancho de su geografía un ámplio abanico de ritos carnavalescos. Días con un sabor ancestral, celebraciones que se pierden en la memoria de los tiempos, en los que se recuperan personajes de leyenda y rituales casi prehistóricos del entorno rural.

Así los mamuxarros agitan sus varas de avellano por las calles de Unanu. Vestidos de blanco, lucen sus máscaras de bronce ocultando su identidad. Los momotxorros desfilan por Alsasua con sus trajes ensangrentados y grandes cornamentas y bailan junto a brujas y fantasmas presididos por Lucifer.

Los zaku zaharrak toman las calles de Lesaka enfundados en sus sacos de paja y azuzan al público con sus pizontziak (vejigas). En Goizueta el personaje central es un carbonero que baila la zahagi-dantza, persigue a las mujeres y es golpeado por los mozos del pueblo. En Aoiz, los Cascabobos y las Mascaritas ocultan su identidad dando colorido a la villa.

Los Zanpantzarrak agitan sus cencerros para ahuyentar a los malos espíritus mientras recorren, año tras año, el recorrido que va de Zubieta a Ituren. Una fiesta que cuenta con el privilegio de haber sido declarada Bien de Interés Cultural, denominación que comparte con el carnaval de Lantz. Allí el bandido Miel Otxin es capturado y quemado en una representación burlesca.

Otros protagonistas que corren la misma suerte que Miel Otxin serán el bandido Aldabika en Estella-Lizarra y Mari Trapu en Pamplona, esta última escoltada por caldereros rememorando así retales de la historia de la capital del reyno.

En Tudela, los cipoteros, personajes con máscara y cabeza cubierta, arrojan caramelos y son los protagonistas indiscutibles. Acompañados de los capirotes, recorren las calles el viernes anterior al Miércoles de Ceniza, y el martes de Carnaval.

Sus vecinos de Cintruénigo, los zarramuskeros, toman las calles del pueblo las tardes del sábado y domingo de Carnaval. Su misión es muy sencilla: rociar con agua con azulete que llevan en sulfatadoras a cuantos pillan por el camino.

En definitiva, los Carnavales en Navarra se convierten en una inmejorable excusa para conocer las costumbres de numerosos pueblos navarros que han sabido conservar de manera ejemplar sus tradiciones.

Ha llegado el momento de rescatar trajes del baúl, refugiarse bajo una identidad diferente, mezclarse con la muchedumbre y divertirse. ¿Te animas?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *