10 actividades para hacer en otoño en Navarra

Navarra es, seguramente, uno de los destinos más atractivos del país en otoño. Gran gran parte del Pirineo está cubierto de bosques de robles, hayas, castaños y abetos, y la gama cromática que crean es un auténtico regalo para los ojos. Además de espectaculares paisajes otoñales, las temperaturas de esta época son realmente agradables. A continuación, te presentamos una selección de planes singulares para que vivas originales experiencias que tienen como telón de fondo estos parajes maravillosos de belleza efímera.

Hayedo

1. “ESCAPE FOREST” EN EL RONCAL

Si te gustan los juegos de escape y disfrutar de la naturaleza, te encantará realizar este original “Escape forest” en el Valle de Roncal. Descubrirás uno de los valles más emblemáticos de los Pirineos de una forma muy divertida: a través de juegos de ingenio y enigmas tendrás que conseguir salir de un bosque, encontrar a tu perro pastor y preparar la trashumancia tradicional del pastoreo roncalés. Todo el juego se desarrolla en el precioso bosque de Mata de Haya, en el valle de Belagua, un lugar que en otoño tiene una belleza tan singular que te resistirás a querer escapar de allí. 
 

Escape forest, actividad en el bosque en Belagua

2. EXPERIENCIA DE CATA Y COCTELERÍA ENTRE ENDRINOS

¿Sabes cuál es el licor más típico de Navarra? ¡Sí, has acertado! El pacharán. ¿Y tienes claro cómo se elabora? En las conocidas Destilerías Zoco, en el Palacio de la Vega de Dicastillo, te ofrecen una visita guiada para aprender cómo se prepara este famoso licor navarro. Para comenzar, conocerás el cultivo de endrinos, arbusto en el que crecen las endrinas, bayas de color negro azulado que aportan color, aroma y ese sabor tan peculiar al pacharán. Después, podrás participar en un taller de cata en la bodega. Y, para terminar, la guinda del pastel: asistirás a un taller de coctelería en donde te contarán los secretos para preparar los mejores cócteles con pacharán y sorprender así a tu gente en casa. 

Taller de coctelería y cata en Destilería Zoco

3. PASEO CON BURROS POR LA VÍA VERDE DEL PLAZAOLA

¿Qué te parece la idea de realizar un plan en familia para que tus peques se lo pasen en grande con animales tan asombrosos como los burros? Te proponemos dar un paseo con burros por la Vía Verde del Plazaola. Todo el grupo se emocionará mucho con la oportunidad de acariciarlos, peinarlos, aprender a manejarlos y disfrutar de su compañía. 

La empresa Astotrek ofrece distintos tipos de servicios: rutas de 2 horas, recorridos durante 2-3 días por los tramos más bellos de la Vía Verde del Plazaola en Navarra desde la muga con Guipuzkoa hasta la estación de Latasa o la compañía de un burrito si estáis alojados en una casa rural. Los guías de la empresa conocen a fondo la zona, así que lo mejor será hablar con ellos y que os cuenten todas las opciones para sacar el máximo partido a este maravilloso entorno.

Paseo en burro por la Vía Verde del Plazaola

4. CONOCER UNA GANADERÍA ECOLÓGICA

Aunque muchas personas lo desconocen, la cría de caballos ha sido una actividad constante en Navarra que aún se mantiene. En la ganadería ecológica Sarbil de Etxauri, explican cómo mantienen una raza de caballo autóctona protegida: “la jaca navarra”. Además de ver a los animales en el campo y conocer los valores de la ganadería, tendrás la oportunidad de degustar una comida típica en una borda pastoril tradicional. 

Visita guiada a la ganadería ecológica Sarbil de Echauri, Navarra

5. APRENDER EN UNA GRANJA ESCUELA

Desde la Granja Escuela Xuberoa de Larráyoz, nos invitan a vivir una experiencia de educación ambiental ideal para familias. Aprenderás un montón acerca de los diferentes animales que la habitan, su alimentación, cuidados y muchas curiosidades más de cada uno de ellos. Además de talleres de pan, apicultura, y plantas medicinales ¡también verás en directo una exhibición de pastoreo con su incansable perra Lur!

Niño con un ternero en una visita a ganadería Xuberoa

6. VISITAR EL TALLER DE UN ARTESANO DE KAIKUS

La primera vez que alguien ve un kaiku, suele sorprenderle la forma que tiene. Es como una especie de jarra chata de madera de abedul con un curioso diseño de eje oblicuo. El kaiku suele ser menos conocido que el contenido que suele albergar en su interior: la famosa cuajada, un postre lácteo tradicional navarro que se acostumbra a tomar acompañado de miel y nueces.

Antaño, conseguir ollas de metal en las bordas de la montaña era algo bastante complicado. Por ello, el kaiku se convirtió en un elemento indispensable para cocer la leche de oveja y preparar las tradicionales cuajadas. ¿Cocer leche en una jarra de madera? Sí, es posible con la siguiente técnica: se colocan piedras en la hoguera y cuando estén ardientes se introducen dentro del recipiente que contiene la leche. Este proceso es el que aporta ese característico sabor ahumado a la cuajada tradicional. 

En el taller artesano de Ion Dufurrena, en Erratzu, podrás conocer cómo se fabrican a mano estos tradicionales cuencos. Además, podrás adquirir uno… ¡y hacerte así con un precioso objeto de decoración! Y, ya que estás por la zona, tienes que probar la cuajada tradicional de los valles de Baztan o Ultzama y disfrutar de su sabor a la vez que te deleitas con sus paisajes. 
 

Artesano fabricando un kaiku

7. UNA EXPERIENCIA TRUFERA PREMIUM

¿Sabías que en la localidad de Metauten, a los pies de la sierra de Lokiz y muy cerca de Estella-Lizarra, se produce trufa de manera natural? Por eso, el Museo de la trufa es el lugar perfecto para conocer este producto tan apreciado en la alta gastronomía. Ofrecen una experiencia premium donde tendrás la oportunidad de aprender cómo crecen y cómo se encuentran estas joyas gastronómicas gracias a la sorprendente exhibición de un perro trufero. Uno de los mejores momentos llega con la degustación de la trufa y productos gourmet elaborados con este ingrediente tan especial, acompañados de vino o cerveza artesana. Si te quedas con ganas de más experiencias gastronómicas, Navarra cuenta con multitud de opciones ¡que te dejarán con el mejor sabor de boca! 

trufa en Metauten Navarra encontrada por perro trufero

8. UNA CITA CON LA HISTORIA DEL CARLISMO

¿Una localidad navarra considerada como “la otra capital de España”? Sí, sí. Como lo lees. El carlismo fue un movimiento político de carácter tradicionalista que comenzó en la primera mitad del s. XIX y tuvo una gran relevancia en la historia de Navarra. De hecho, Estella – Lizarra fue elegida como capital carlista cuando en 1835 Carlos V decidió instalar su corte en esta localidad. En esta población de trasiego jacobeo, concretamente en el Palacio del Gobernador, se encuentra el Museo del Carlismo que recoge piezas de gran valor histórico. Si te gusta la historia, aprovecha a realizar la visita guiada y gratuita y a admirar las estancias palaciegas llenas de cuadros, uniformes, monedas, fotografías y documentos con gran relevancia histórica. Cuando termines, acércate a las iglesias y palacios de esta interesante ciudad considerada “la Toledo del norte” por su importante patrimonio monumental, cultural y artístico. 

Museo del Carlismo en Estella, Navarra

9. TIEMPO DE ASAR PIMIENTOS

Si te acercas en otoño a Puente La Reina, Lodosa, Mendavia, San Adrián y otros muchos pueblos de la Zona Media, Tierra Estella y la Ribera, notarás cómo un intenso olor a pimiento asado impregna el ambiente y despierta a tu paladar. Es la señal inequívoca de que es temporada de uno de los productos estrella de la gastronomía navarra: el pimiento del Piquillo de Lodosa, un producto que, aunque lleva el nombre de este pueblo, se cultiva y elabora en otras muchas localidades y tiene reconocida la D.O. Navarra. 

Una forma original de conocer este producto, y otros muy conocidos de la huerta navarra como los espárragos o la alcachofa, es visitar el Museo de la Conserva «La Fábrica Vieja» de San Adrián. La conserva de verduras y hortalizas es una tradición muy navarra, tanto en las casas como en la multitud de empresas repartidas por la Ribera Estellesa. Este museo ubicado en la antigua fábrica de El Navarrico da cobijo a la historia de la conserva de la localidad. Aprovecha tu visita y llévate a casa los mejores productos navarros. Podrás disfrutarlos dentro de unos meses y recordar así los grandes sabores de una tierra a la que desearás volver pronto. 
 

pimiento del Piquillo en conserva

10. ATARDECER EN LAS BARDENAS

¿Tienes opacarofilia? Entonces vamos a buscarte el atardecer con mayor belleza que tenemos por estas tierras. Si las puestas de sol te apasionan, en el Desierto de las Bardenas Reales se transforman en momentos mágicos.

La Compañía de Guías de Bardenas ofrece una experiencia en 4×4 para visitar los lugares más emblemáticos de este peculiar entorno natural, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, en uno de los momentos más especiales del día. La empresa pone a disposición de sus clientes telescopios terrestres y prismáticos. Y, sobre todo, su servicio de acompañamiento especializado que te permitirá conocerlo todo sobre este espectacular entorno. 

turistas disfrutando del atardecer en las Bardenas, Navarra

Zugarramurdi

Las cuevas de Zugarramurdi son más de lo que aparentan. Hubo un tiempo en el que la gente vivía apegada a la tierra y en estrecho contacto con la naturaleza. En esa época, la sabiduría, las costumbres y la magia procedían de ese profundo conocimiento del medio que les rodeaba.

A las personas que poseían estos grandes conocimientos sobre plantas y hierbas medicinales, empezaron a llamarlas Sorgin.

Actualmente sorgin quiere decir bruja o brujo en euskera, pero no siempre fue así. Antiguamente existían dos versiones de sorgin (sortze: nacer o crear/ egin: hacer) “la que hace nacer” o la partera; (zorte: suerte/ egin: hacer) adivinador del futuro o clarividente.

Y es que todas esas personas (mujeres en su mayoría, pero también hombres) también sabían de fertilidad, de la reproducción y el parto, y de los anticonceptivos de la época.

El lugar que escogían para celebrar sus fiestas, rituales sagrados y ceremonias era una cueva, ya que representaba las entrañas de la Madre Tierra o Ama Lur.

En torno a la Tierra giraba la mitología y la vida de aquellas gentes, y sin embargo, el dueño y señor de la tierra era Fray León de Araníbar, abad del Monasterio de Urdax.

Los campesinos eran sus inquilinos y arrendatarios, y vivían con la obligación de pagarle las rentas. A esta gente que vivía tan apegada a la tierra, la Iglesia Católica les obligó a mirar hacia el cielo.

Es por eso que la Inquisición (de la que el abad de Urdax era confidente) no veía con buenos ojos aquella sociedad de costumbres, creencias y sabiduría tan diferentes, y que además hablaba una lengua extraña.

La incomprensión transformó aquellos rituales y fiestas en honor a la Madre Tierra en Akelarres, los cánticos en conjuros, las palabras en sortilegios y las creencias paganas en magia negra.

El poder propagó el miedo…el miedo la sospecha…y la sospecha el silencio. Estas personas de fama oscura empezaron a ser señaladas, y en tiempos de epidemias, hambre y sequías, esta atmósfera era el caldo de cultivo perfecto para propagar los rumores.

Cualquiera podía ser sospechoso…cualquiera podía ser brujo o bruja. Los vecinos se espiaban los unos a los otros y muchos se denunciaban entre ellos.

En 1610 la Inquisición apresó a 300 vecinos de Zugarramurdi y los pueblos aledaños. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos. De todos ellos, 40 fueron trasladados a Logroño para ser juzgados.

Entre otros delitos se les acusaba de negar la religión católica, tener como Dios al diablo, practicar orgías e incluso crear pociones y tormentas en el mar.

Como resultado del Proceso de Logroño, 6 acusados fueron quemados vivos junto con las imágenes de otros 5 que habían muerto en prisión. 18 aceptaron los cargos que les imputaban y fueron absueltos, y el resto sufrió penas de cárcel y desposesión de sus bienes.

Y no sólo el pequeño pueblo de Zugarramurdi sufrió la cacería de brujas, sino que toda Europa se vio afectada por una persecución con el fin de asentar el dominio de una religión.

Javieradas

Las llamadas Javieradas son una tradición de Navarra que se celebra desde el año 1940. Se trata de ir caminando desde todos las villas, pueblos y ciudades de Navarra hacia el Castillo de Javier, lugar de nacimiento de San Francisco Javier.

Miles de personas de toda Navarra recorren a pie decenas de kilómetros para venerar al Santo. El origen de esta tradición se remonta a 1886, cuando se invocó a San Francisco Javier para que hiciera remitir la epidemia de cólera que asolaba Navarra, y en agradecimiento al cumplimiento de este deseo, se llevó a cabo la promesa de acudir peregrinando a Javier.

Las Javieradas se celebran, normalmente, el primer y segundo fin de semana de marzo. Dependiendo del lugar de partida, puede oscilar desde unas horas (lugares cercanos al castillo) hasta tres días en el caso de las más lejanas, como por ejemplo las gentes de la Ribera.

La ruta que normalmente utilizan los de Tudela (es el caso que nos ocupa), es: salir de madrugada, después de una misa en la Plaza nueva, cruzan el milenario puente sobre el Ebro, después de unos 13 Km. llegan a Arguedas, donde algunos que van por “libre” compran el pan tierno, almuerzan y ya se dirigen a la ermita de la Virgen de Yugo, donde es el almuerzo que prepara la organización.

Después de descansar y almorzar, se introducen en las Bardenas por el paraje llamado Landazuría, donde después de 3 horas llegan al lugar llamado “el Plano”, donde comen un buen calderete; es aquí donde se juntan casi todos los pueblos de la Ribera.

Después de comer, descansar y curarse de las ampollas, reanudan el camino.

Ya sobre las seis de la tarde llegan al Monasterio de la Oliva, donde se procede a hacer otra cura para los que lo necesiten; a dos kilómetros se encuentra el fin de la primera etapa: Carcastillo, donde normalmente se encuentra sitio para dormir en la Iglesia o las escuelas públicas.

Antiguamente, a la salida de la misa de la tarde (el mismo día que se llega) las familias del pueblo, acogían a los peregrinos en sus casas, pero por desgracia y a causa de gamberros que venían mezclados con los peregrinos, destrozaban, robaban, en las casas de acogida, esta costumbre se perdió.

Ya al siguiente día (sábado) sobre las nueve de la mañana, se dirigen por las orillas del río Aragón al lugar del almuerzo: San Isidro del Pinar, donde recobran fuerzas para afrontar Monte Peña, una etapa muy dura y a la vez hermosa, ya que durante todo el recorrido, el verde es el color dominante.

Una vez llegado a la cima se observa la sierra de Leyre, que en sus faldas se encuentra el monasterio de Leyre…. y próximo el castillo de Javier, donde llegarán el domingo. En las faldas de Monte Peña, se encuentra la Villa de Peña, donde se come.

A lo lejos se divisan ya los campanarios de Sangüesa, ciudad que se encuentra a unos 8 Km. y el final de la segunda etapa, donde se duerme…, pero de unos años a esta parte, se celebra la gran noche, donde las discotecas, bares, y demás establecimientos del gremio hacen “su agosto”, pero los verdaderos peregrinos hace horas que duermen…

Ya el domingo, se organiza el “gran” Viacrucis donde el Obispo a la cabeza, y miles de Navarros y Navarras realizan los últimos 8 Kilómetros, hasta el Castillo de Javier, donde se celebra una misa al aire libre.

Los peregrinos buscan los coches ó el autobús a donde les llevarán a sus casas, se intercambian direcciones, teléfonos con gente que han conocido durante el camino… se despiden con abrazos y se dicen:

¡¡¡ Hasta el Año que Viene !!!